"Cada nación, pueblo o etnia posee un pasado, una
historia, un legado transcendental al tiempo, pilar fundamental de una
identidad cultural; la cual la conforman
grupos sociales identificados sanguíneamente, o por tradición. El patrimonio
cultural, que podemos apreciar con el solo hecho de presenciar los grandes
monumentos megalíticos de Rapa-Nui, los Moai, nos revela cómo se organizaba una sociedad en
tiempos remotos según sus necesidades espirituales; las que se estructuran por
medio de una jerarquía míticamente establecida.
Hay especialistas,
arqueólogos y antropólogos, que estudian esta dimensión cultural. Su vocación se
especializa en descubrir los misterios que han dejado como legado al ser humano las distintas culturas
existentes en el planeta. Cuidan del patrimonio, lo analizan y clasifican para
que puedan ser exhibidos[1].
Pero, ¿justifican algunas profanidades que se han cometido al irrumpir centros
ceremoniales, los cuales han permanecido sellados durante cientos de años? ¿Y
lo que se encuentra dentro? Sin embargo, de esta manera, se ha dado a conocer la
ingeniosidad que tuvieron las antiguas sociedades respecto a su organización
social.
No sólo el patrimonio mueble es de gran interés
dentro de la cultura Rapa-Nui. El patrimonio inmueble[2],
debido a su característica, hace de la isla muy atractiva. Empero, no deja de
ser vulnerable a la actividad humana. Esto podría ser reversible si las
personas que viven junto al patrimonio, cuidasen y respetasen el lugar de forma
debida. En mi estadía en Rapa-Nui, no pude dejar de sorprenderme del depósito de desechos ubicado a pocos kilómetros
de Vaihu. Gran parte de la población llega a este sector a dejar todo tipo de
basura, pese al nuevo basural[3]
establecido por la Municipalidad de Isla de Pascua en el sector de Orito. Cabe
destacar que existe una vaga actividad de reciclaje.
Existen instituciones tanto gubernamentales como no
gubernamentales que están en un profundo compromiso con la preservación de los
distintos testimonios que han sobrevivido a través del tiempo. Ellos trabajan
regularizando, educando sobre lo que significa el patrimonio cultural y
multando en caso de alguna infracción ante la ley, la cual protege distinto
tipos de expresiones realizadas por una sociedad ancestral. Entre ellas destaca
la arquitectura, la fabricación de objetos, herramientas y tecnologías primitivas.
Todas estas, entran en los parámetros de patrimonio de una cultura establecida
y reconocida. Hay que entender que Rapa-nui ha sido catalogada como una de las
culturas más misteriosas del mundo, por esto las políticas de protectorado son
muy necesarias. La construcción y
levantamiento del Moai han hecho de la isla un “museo al aire libre”. Además de
esta construcción megalítica, destacan otras formas arquitectónicas, las cuales
nos sorprenden por la variedad y profesionalización del único recurso posible
para realizarlas: la piedra, Te Ma’ea.
El amplio territorio ocupado por estas construcciones
ha sido vulnerado desde tiempos remotos. Por un lado, la erosión propia del
medio ambiente, la lluvia, el viento y la brisa marina, el sol y los pájaros,
los que pueden parecer simple vista insignificantes, pero que, con la
acumulación de estos agentes y el factor tiempo, efectivamente han deteriorado
los Moai, los Hare Moa, el Manavai, entre otros. Por el otro, el ser humano,
entre nativos y extranjeros han acelerado este proceso natural.
Históricamente, a la isla han llegado distintos
grupos humanos, los cuales veremos más adelante, han afectado tanto el medio
natural como el transcurso y desarrollo de la cultura del pueblo Rapa-Nui.
Según la tradición oral pascuense, su asentamiento está dado por la migración
realizada desde su tierra llamada Hiva, su tierra natural, a su actual isla.
Junto con ella, la tradición y construcción del Moai[4].
Rápidamente, saltamos al período de guerras tribales, dado que son los primeros
indicios de deterioro patrimonial del cual no existía conciencia. Esto se
explica, porque la importancia y auge del patrimonio, cualquiera sea, se
encuentra originado en nuestra cultura occidental actual, debido a nuestra
carencia espiritual y material[5].
Tras esta explicación, se entiende la etapa “Huri Moai”[6]
como parte del cambio y transcurso cultural de Rapa-nui. Por lo tanto, ¿quiénes
somos para juzgar dichos acontecimientos? Lo más grave es cuando tomamos protagonismo
en el deterioro del patrimonio Rapa-nui.
La isla de pascua fue descubierta en 1722 por el
holandés Jacob Roggenvee. A
partir de este acontecimiento, la isla fue integrada a una red de
abastecimiento, el cual llevaría al contacto, cada vez más cercano, de foráneos
y nativos. Por consiguiente, es muy difícil que la mentalidad de los navegantes
del siglo XX, tuviese la conciencia de cuidar y preservar los diferentes
componentes de la cultura Rapa-Nui. Es más, sólo hasta la llegada de los
primeros misioneros no habrá un mayor cuidado por parte de “los recién
llegados”. “Un cuidado”, entre comillas, ya que la doctrina fundamental de la
religión cristiana de aquella época, es otorgar la verdadera fe y “civilizar” a
los “incivilizados”. Se infiere, entonces, que hubo un rompimiento en la
relación isleño y cultura ancestral, al incorporar elementos ajenos a la suya.
Esto provocó una ruptura, la cual se ve reflejada en la actualidad respecto al
vínculo que existe con el patrimonio. Hoy en día, el turismo es un factor
importantísimo en lo que confiere el desarrollo, sustento y cuidado del medio
natural y cultural. También ha permitido una concientización, en algunos
sectores de la comunidad, del cuidado y mantenimiento de la cultura, la cual es
el atractivo de esta actividad.
Sin embargo, ¿cómo podemos mantener el cuidado
debido de un lugar arqueológico, si el turismo es gran fuente de ingreso
económico, y el cual permite su preservación? En muchas regiones del mundo, la
economía depende del turismo. Sobre todo en regiones exóticas y atractivas para
los “civilizados”, quienes viven en lugares sofocados de servicios y
comodidades, pero que carecen de vida… Esta actividad genera empleo y mantiene un
dinamismo social. Entonces, ¿hasta qué punto pasa a ser más importante el turismo, que el cuidado y preservación del
patrimonio cultural?
En la isla de pascua existen empresas turísticas las
cuales ejercen de manera excesiva esta actividad. Camiones y buses llegan hasta
los lugares más reconocidos y hermosos. Los guías dan cuenta de la historia, costumbres,
flora y fauna; maquillando la erosión de los caminos, cuevas y sitios
tradicionalmente importantes. Aunque ellos no sólo tienen la irresponsabilidad
e inconsciencia. Los locatarios también reciben visitas y realizan guías
turísticas independientemente. De esta manera, los visitantes acceden a otros
lugares no establecidos para el turismo. Estos carecen de letreros, caminos,
indicaciones y resguardo de guarda parques. De este modo, queda a libre
albedrio, del local y del visitante, el debido comportamiento en estos lugares
arqueológicos.
Además del turismo, y de la contaminación que trae
al medio ambiente, también existen otros factores igual de perjudiciales. Es
común ver que después del “Toroko”[7],
sobre el Ahu Orongo[8],
se encuentra gente sentada y bebiendo sin preocupación. A la mañana siguiente, el escenario se
complementa con bolsas y botellas vacías. También recuerdo un momento en que un
grupo de jóvenes isleños jugaban y se
sacaban fotos frente un Moai[9] de
cemento. ¿Se justifica esta actitud? La ruptura del vínculo es clara. El hecho
que no haya sido tallado en In illo
tempore, no debería afectar al simbolismo y significado del monumento,
independiente de su material y tiempo.
Si bien, hoy en día, existe una preocupación por
preservar los distintos legados culturales de la isla, es importante, que
además de las instituciones involucradas en esta actividad, que sea la
comunidad de Rapa-Nui, quien ejerza el turismo de forma consciente y mantengan
un interés en la preservación de todos los sitios arqueológicos y de la
cultura. Es sumamente necesario que se desarrolle un turismo sano y sustentable
para el patrimonio, de modo que permita el desarrollo social del lugar y el
mantenimiento de la identidad cultural de Te Pito O Te Henua. Los símbolos y
los vestigios que han sobrevivido a los procesos naturales de una cultura y la
intervención, que lamentablemente es característica de nuestra cultura occidental,
son el único vínculo entre el pasado y la cultura actual".
Allan
Fuentes Quintana, Juan José Navarro
[2] A diferencia del
patrimonio mueble, este no puede ser exhibido en museos, ya que no es posible
sacarlos de su lugar de origen.
[3] Este basural no lleva más de cinco años en funcionamiento.
[6] Este período da término a la construcción del Moai tras
una crisis social, la cual derribará las construcciones megalíticas.
[9] Este no correspondía a
uno ancestral. Había sido hecho recientemente de cemento, a modo de muestra.
Muy buena publicación!
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